La educación nutricional en la etapa preescolar es de suma importancia, ya que los niños  empiezan a interesarse por los alimentos, a preferir alguno de ellos, a tener poco apetito, a rechazar o negarse a probar algunos alimentos. Uno de las características resaltantes en la elección  de los alimentos, es el proceso de imitación; es decir,  que el niño tiende a comer lo que observa en los adultos que lo rodean y en sus propios compañeros. Asimismo, existe una fuerte relación entre la frecuencia de exposición del alimento y las preferencias alimentarias.

En diversas investigaciones se ha determinado la influencia de la promoción  de loncheras nutritivas en el desarrollo de los hábitos alimentarios de los niños en la etapa preescolar, teniendo como resultado un incremento  de alimentos saludables en la dieta. De manera que el consumo de una lonchera nutritiva en los preescolares y escolares es un factor significativo para la formación de hábitos alimentarios saludables que optimicen la salud de los niños.

Un lonchera saludable contiene de 10-15% del valor calórico total de los alimentos ingeridos al día; por ello, constituye una comida adicional a las tres principales. Asimismo, debe contener alimentos energéticos que se encuentran en los cereales, tubérculos, menestras y grasas en general; constructores presentes en los lácteos, huevo y carne;  y reguladores en verduras y frutas; además de líquidos.

Asimismo, una lonchera saludable debe ser inocua siendo manipulada con el mayor cuidado para que estos no transmitan agentes contaminantes. Del mismo modo, debe ser práctica en la preparación de los alimentos y variada promoviendo el consumo de nuevos alimentos saludables y nutritivos.

Otra característica de importancia es la idoneidad, asegurar que sea la indicada según la edad del niño, su grado de actividad física y el tiempo que permanece fuera de casa. Así tenemos por ejemplo en un niño preescolar (2 a 5 años) cuyo refrigerio será alrededor de 200kcal. (Ej: medio pan con huevo, mango en trozos y limonada).

Los alimentos que no son recomendables  incluir en una lonchera saludable son aquellos con elevado contenido en azúcares refinados como: caramelos, gomitas, gomas de mascar, postres que no aportan ningún valor nutricional. Así también, bebidas artificiales como gaseosas y jugos artificiales, ya que contienen colorantes y azúcares que pueden causar algún tipo de alergias y favorecer la obesidad en los niños. Además de alimentos con salsa o muy condimentados con alto contenido en grasas, de la misma manera se deben evitar los embutidos como: hot dog, salchichas, mortadelas, etc.

El sobrepeso y la obesidad infantil, es una situación que va en crecimiento en el país. Por ello, tanto las familias como  instituciones educativas desarrollan  un papel fundamental en la formación y fomento de hábitos alimentarios saludables en los niños a edades tempranas;  asegurando así su óptima salud en el presente y futuro.   

 

ND. Lic. Oriana Eléspuru Zuta

CNP:5200